Hace tiempo he estado manipulando mis miedos y mis tristezas, haciendo de lado la desgracia y poniéndole maquillaje a las heridas, preocupándome por qué no se me note mucho que el fuego que me consumía se está consumiendo, tratando de convivir con mi alter ego, porque a veces una mentira ignorante me es mejor que una verdad dolorosa; escondida entre los árboles, me di cuenta de que podía escapar de todos, incluso mentirle a todos, pero no a mi misma, y sentí terror, perdí el control de todo así que ahora todo estaba palpante, entre tanto por revisar, me di cuenta de qué tenía un cofre que guardaba todos mis “ojalá” y otro donde estaban mis recuerdos.

En el primero, se escondía mucha esperanza: ojalá un amor que quiera quedarse, ojalá un domingo sin pensar demasiado en el lunes, ojalá un abrazo que me haga sentir protegida, ojalá un día en que la fe no haga falta… este era un lugar lleno de anhelos que no habían tenido lugar en la vida real, mientras lo veía pensaba en mi naturaleza melancólica y la posibilidad de vivir estos escenarios, pero al cerrar el cofre solo quedó la resonancia de aquello que quería pero no era. 

En el segundo, se escondía todo aquello que soy, de donde vengo, era la evidencia auténtica de que he existido, de que he estado aquí, estaban todos mis errores y lo caro que me ha salido equivocarme, también todas mis victorias y lo gratificante de ello. 


Que valioso lo que acababa de encontrar, no sé en qué momento decidí esconderlo, pero también pensé en que sería de mi, si perdiera alguno de los dos, si perdiera la esperanza, entonces cual sería mi motivación para seguir en la exploración de esta vida compleja, detrás de que sería mi marcha si no fuera por alcanzar mis anhelos, y si perdiera mis recuerdos, entonces como sabría quien soy, lo que siento y por qué lo siento; por oscuro que sea el contenido de ambos, no deberían estar escondidos, porque entonces al cerrar los cofres todo se convertiría solo en eco. 


Estaba aterrorizada, no sabía cuál era la mejor manera de lidiar con esto, de lidiar conmigo, concluí que lo mejor era quitarme las máscaras, mostrar lo que sentía, expresar lo que pensaba, hacer las paces y decirle a mi alter ego que está bien si solo se quedaba dormido porque ya no tenía que ocupar más ese lugar, reconocerme humana y entender que no es lo mismo a ser frágil (aún si llegase a significar lo mismo, está bien, de vez en cuando no ser fuerte).

Sentí nuevos aires, el cielo parecía ser de un azul más clarito, aunque el tiempo corre en mi contra, soy codiciosa y pretendo correr más rápido que el, no dejarme alcanzar y mostrarle como a veces los humanos sobrepasamos las leyes ya escritas, aún si este es el final, mostraré que no significa más que un nuevo comienzo y que aunque no estoy lista, me estoy preparando para ello.

Una vez leí que cuando hace frío, bajo la tierra ya es primavera, lo que quiere decir, que dentro, mis semillas están germinando y preparándose para florecer. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Farewell letter